– Obra perteneciente al festival Sala joven –
Sinopsis:
En 1926 Scott Fitzgerald publicó una colección de cuentos titulados Todos los jóvenes tristes.
En los que se narra la historia de una generación de niños ricos propensos a la fragilidad, los amores traicionados, el desequilibrio psíquico o el vacío existencial.
Jóvenes que van dejándose llevar hacia una tristeza sin salida.
Con estos cuentos el autor evidenciaba su creciente desilusión general con la vida, la enfermedad y el paulatino abandono de la sociedad que contemplaba a su alrededor.
En pleno siglo XXI, se lleva acabo en España un programa: ¿Cómo es ser joven en el 2021? que se desarrolla en base a una pregunta, qué significa formar parte de una generación en busca de futuro.
Cito textualmente: “respondieron con un aluvión de desesperanza y hartazgo, miedo y frustración.”
En Diciembre del 2021 tras varios premios, la serie “Cardo” es elegida como mejor serie del año y anuncia segunda temporada. Una serie que habla desde el punto de vista del personaje femenino de María de un vacío existencial aparentemente imposible de llenar.
Ese mismo mes, a punto de entrar en el año nuevo, resuena un titular: “Hallan el cuerpo sin vida de Verónica Forqué”. Inmediatamente se extiende un grito social exigiendo que se hable de suicidio. Que se de voz y espacio a la tristeza y la salud mental. Que pongamos palabras a lo que incomoda y seamos lo suficientemente valientes para hablar y no silenciar.
Soy Hanna K. Tengo veintiséis años. Y formo parte de una generación a la que llaman Millenial.
Esta mañana, después de las noticias de SIEMPRE, la incertidumbre de SIEMPRE, las mismas cosas de SIEMPRE, ha subido por mi garganta la bola de SIEMPRE y he vomitado culpa. He vomitado autodestrucción. Desamor y muerte.
Esta mañana, me he dado cuenta, de que generación tras generación hemos transitado por los cuatro conceptos universales de SIEMPRE; solo que SIEMPRE encuentran el modo de ser silenciados porque SIEMPRE incomodan. Y yo, ya no quiero silencio. Quiero pedirte que vengas conmigo. Que grites conmigo. Y, que esta vez, ya no sea LO DE SIEMPRE.